張淑英 Luisa Shu-Ying Chang

Luisa's World of España & Hispanoamérica

新冠病毒全球大流行

西班牙新冠病毒感染人數與死亡人數激增,從 3 月 23 日 的 33,000 人確診,2,200 死亡,一日之間,爆增到 39, 673 人確診,死亡 2,694 人。最高峰預期就在這幾日,暴風雨來襲,還未能撥雲見日; 天色暗黑,也還見不到金色的黎明。回首見我 2.29 的〈旅行,在瘟疫蔓延時〉的西班牙之行,又是何等的「矛盾修辭」!

儘管如此,西班牙全國上下呼籲團結,一致向他們的醫護人員致上最敬禮。最近有幾首歌抗疫歌曲放送繚繞全國:〈西班牙:我會挺住〉(España: Resistiré ,1988); 〈我會活下去〉(Sobreviviré ,2000) 、〈我們將再乾杯〉(Volveremos a brindar, 2020)、《待在家裡》(Quédate en casa,2020)在全國警戒狀態下,人民心連心,攜手抗疫。

此外,媒體也積極發揮正面功能,邀請學者、表演工作者、作家… 撰文,希望在心靈層次,讓彼此知道,面對病毒肆虐,大家都同在一塊土地上,攜手抗疫。

以下這篇新冠病毒全球大流行的文章,是皇家學院(RAE)前院長、秘書長,聖地牙哥・坎布斯特拉大學 (Universidad Santiago de Compostela) 講座教授達里歐・畢亞努維瓦 (Darío Villanueva)應電子媒體「我要加入資訊自由」(#QuieroSumar de infoLibre)邀稿,3.23 日完成的短文。

 


達里歐・畢亞努維瓦 (Darío Villanueva)

皇家學院前院長,聖地牙哥・坎布斯特拉大學講座教授

 

張淑英 譯

對我而言,今天最令我們不安的情況不是害怕感染新冠肺炎,或者,也可以想得更糟糕一點,疫情完全失控崩盤。每一個小時(每一天)我都在奮力抵抗撲襲心頭的良心不安。首先,由於個人專業條件的限制,我唯一可以共體時艱並且協助的事是「待在家裡」(有些人過度誇張,說是英雄義舉)。這其實是矛盾修辭:什麼事都不做是唯一積極的作法(無為而為)。因此,我良心不安。我不是崇拜,而是欽羨那些在危險線上的人:尤其是那些在醫院的醫護人員; 那些依規定執法,在戶外街道巡邏的人; 在媒體工作的朋友; 後勤支援、確保我們的物資無虞的連鎖供應商,以便我們可以繼續活下去,那怕是禁錮在我們自己的家裏。

但是,同樣的,這良心也因為沒有上述這些任務的人而不安。那些無家可歸,街頭就是他們唯一的庇護的遊民,而此時此刻街道必須淨空; 迴廊、自動提款機,那些在瘟疫蔓延時被視為危險染病的地方。還有許許多多一長串的人:年長者,再也沒有比現在更孤苦無依了,他們被粗魯地歸列為「高危險群」; 勞工們,除了病毒侵襲的威脅之外,還要擔心丟掉工作; 自由業者,本來就沒有固定的薪資,現在連按件計酬或算工時的微薄報酬也都沒有了; 我們在海外的同胞,或是已經被隔離的人,激烈爭執相對奏效,執意要跟家人回來; 也有相同境遇的外國人,只是他們要回地平線的另一端…..

良心不安,因為覺得自己幾乎一無是處,但是,同時也覺得自己享有特權。我的特權是極致的:居家的意思就是擁有全部的時間做自己想做的事,安靜地做,沒做的也都有充裕的時間做了。閱讀,聊天(即使要保持距離),還有寫作。

因此,如果要我建議,我會建議那些願意聆聽或閱讀我的話的人這個療法:首先是閱讀(更不用說我們最常做的聽音樂這事了)。文學與音樂治療。針對這兩劑解毒藥的第一劑,我經常會做的就是找出許多書和許多作家,其中有一個總是不可或缺:塞萬提斯的《吉訶德》,或是他的任何長篇、短篇小說,都是令人陶醉,真正智慧的結晶。同樣的,布魯姆 (Harold Bloom) 強力推薦的莎士比亞,也是必讀。打開《吉訶德》,隨意瀏覽一下,任何一頁你都可以找到最真切的箴言,忠告或勸誡,來解釋你目前所處的環境。這次我們引用《貝西雷斯》(Persiles)這本小說提到的兩個環環相扣的事,證明給大家看。「當不幸和工作彼此碰撞交集的時候,通常最療癒」。這是「加入資訊自由」quierosumar de infoLibre 活動所要提供給我們的激勵,也是那個挫敗的獨臂天才(塞萬提斯)要告訴我們的箴言:「在最危險的時刻,那克服危險最渺茫的希望,通常是從絕望中殘餘的力氣激發出來的勇氣」。


#QuieroSumar de infoLibre

Lo más inquietante de nuestra situación no es, al menos para mí, el miedo a contraer el virus o, incluso, poniéndonos en lo peor, a no conseguir superarlo. Tengo que esforzarme hora a hora (y día a día) en combatir la mala conciencia que me invade. Primero, porque en función de mis condiciones profesionales la única forma de ser solidario y de ayudar (algunos exageran un montón, y hablan de heroicidad) es quedarme en casa. Esto equivale a un oxímoron: no hacer nada concreto es la única forma de hacer algo positivo. Por eso, por mi mala conciencia, no es que admire, sino que envidio a quienes están en el tajo: en los hospitales, sobre todo; en las calles, supervisando el cumplimiento de las órdenes del gobierno; en los medios de comunicación; en las cadenas logísticas que nos garantizan el abastecimiento; en la producción de todo lo que necesitamos para seguir viviendo, aunque recluidos en nuestros hogares.

Pero mala conciencia también por los que no los tienen, quienes carecen de otro refugio que las propias calles que ahora deben estar vacías, los portales de otros o  los nichos de los cajeros, que  son especialmente insalubres en caso de pandemia. Y un largo etcétera: los ancianos que se quedan más solos que nunca y son calificados, sin delicadeza, como “grupo de riesgo"; los trabajadores que, amén del virus, temen la pérdida de sus empleos; los autónomos, que ya no tienen ingresos para ellos ni para el asalariado que les secunda en su modesto negocio; nuestros compatriotas que, fuera de España, porfían con relativo éxito para volver con los suyos o los que ya están confinados en cuarentena; los extranjeros que se encuentran en la misma situación pero con azimut contrario…

Mala conciencia, sobre todo, porque además de considerarme a mi mismo poco menos que un inútil, a la vez sé que soy un privilegiado. Mi privilegio es máximo: el confinamiento significa tiempo generoso para hacer todo lo que más me gusta, me serena y me reconcilia conmigo mismo. Leer, hablar aunque sea a distancia, y, sobre todo, escribir.

Por eso, si se me admitiese la sugerencia, recomendaría la misma terapia a quien quiera escucharme (o leerme). En especial, leer (y no digamos escuchar la música que más nos inspire). Literapia y musicoterapia. La primera de estas dos triacas yo la suelo buscar, por supuesto, en muchos libros y muchos autores. Pero hay uno infalible, Miguel de Cervantes. El Quijote,y en general todas sus novelas largas y cortas,  son, además de narraciones fascinantes, auténticos compendios sapienciales, lo mismo que Harold Bloom proclamaba a los cuatro vientos a propósito de Shakespeare. Ábrase al azar, por caso, El Quijote y en cualquiera de sus páginasencontrarás una máxima, una explicación o un consejo perfectamente válido para ti en tus circunstancias particulares. Y como muestra, dos botones, esta vez tomados del Persiles. “Las desgracias y trabajos cuando se comunican suelen aliviarse". Eso es lo que la campaña #quierosumar de infoLibrenos ofrece. Pero también nos dice aquel fracasado genial que fue el manco de Lepanto: “En los grandes peligros la poca esperanza de vencerlos saca del ánimo desesperadas fuerzas".

DARÍO VILLANUEVA


 

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This entry was posted on 2020/03/24 by in 翻譯西文.

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